El gobierno británico lanzó un plan sin precedentes para transformar su matriz laboral: capacitar masivamente a su fuerza de trabajo en inteligencia artificial. El objetivo es claro: preparar a millones de personas para convivir y trabajar junto a la tecnología.
Con una inversión inicial de USD 150 millones, el Reino Unido busca tanto formar trabajadores para nuevos empleos como actualizar capacidades en sectores tradicionales, como la salud, el transporte, los servicios públicos y las PYMEs.
Uno de los motores de esta transformación es el Alan Turing Institute, el centro nacional británico de investigación en IA y ciencia de datos.
Fundado en 2015, este instituto articula al Estado con universidades como Oxford, Cambridge y UCL, y lidera proyectos como:
Modelos predictivos para políticas públicas
Marcos éticos para algoritmos
Capacitación para funcionarios y líderes
Cursos cortos y gratuitos (microcredenciales)
Formación online, presencial e híbrida
Capacitación a medida para sectores clave como salud, finanzas y logística
400.000 funcionarios públicos en proceso de entrenamiento
Participación de empresas como Microsoft, IBM, Google DeepMind y SAS
Reembolsos de hasta £10.000 para PYMEs que capaciten a su personal (QA – Cursos y reembolsos para pymes)
Cursos destacados:
AI Business Essentials for Leaders
ChatGPT and Generative AI for Business Innovation
Fundamentals of AI: Theory to Practice
Ethical and Responsible AI
Además, se están desarrollando plataformas federales como BridgeAI para facilitar el acceso a formación en regiones postindustriales y zonas rurales.
La respuesta es sí. Y no desde cero. Argentina cuenta con universidades públicas y privadas de excelencia (UBA, UNC, UNLP, ITBA, UNSAM, UTN) y centros de investigación como el CONICET con especialistas en IA y ciencia de datos.
También tiene una trayectoria en formación técnica, robótica, datos y economía del conocimiento. Lo que falta es una política pública articulada, con metas claras y liderazgo estatal.
El mercado solo no reconvierte la matriz laboral. El Estado debe ser el articulador entre formación académica, demanda empresarial y reconversión laboral. Debe invertir, coordinar y escalar.
Argentina cuenta con talento científico, universidades sólidas y un sistema de investigación reconocido, por lo que solo falta convertir ese potencial en política pública.
Financiar programas federales de capacitación en IA
Crear incentivos fiscales para empresas que capaciten a su personal
Incorporar IA en tecnicaturas y carreras terciarias
Coordinar con sindicatos y cámaras para evitar exclusión laboral
El Reino Unido ofrece una hoja de ruta concreta: inversión, planificación, formación inclusiva y articulación institucional.
Argentina puede inspirarse y adaptar ese modelo a su realidad, aprovechando lo mejor de su sistema científico y educativo, porque la inteligencia artificial no va a esperar.