Este monumental desembolso tiene como objetivo principal la salud global, seguida de la educación, con la meta de salvar “decenas de millones de vidas”.
La decisión de “redoblar esfuerzos” se produce en el marco del 25º aniversario de la Fundación Gates. Gates expresó su optimismo, aunque reconoció “desafíos enormes y sorprendentes”. Subrayó el éxito pasado de la fundación, que ha contribuido a reducir las muertes infantiles de 10 millones a menos de 5 millones al año. Sin embargo, lamentó que 5 millones de niños sigan muriendo anualmente.
Una de las principales motivaciones detrás de esta aceleración en el gasto es la preocupación por los recortes en la ayuda de gobiernos, incluidos los de Estados Unidos y Europa, en programas vitales como la compra de vacunas. Gates advirtió que, si estos recortes no se revierten, el número de muertes infantiles podría aumentar de 5 millones a más de 6 millones al año, una diferencia de 2 millones de vidas.
Enfatizó que la Fundación Gates, a pesar de su magnitud, no puede reemplazar la financiación gubernamental, ya que el dinero del gobierno de EE. UU. para salud global es cuatro veces mayor que el de la fundación. El filántropo defendió que dedicar solo el 1% del presupuesto a ayudar a los más pobres es crucial y se mostró decepcionado por los recortes en vacunas y tratamientos contra el VIH.
Gates destacó que la generosidad de gobiernos y organizaciones ha permitido una reducción histórica en la mortalidad infantil. Además, esta inversión:
Salva vidas a un costo “mil veces menor” que en EE. UU.
Genera estabilidad económica en países receptores
Contribuye a la detección temprana de futuras pandemias
Las tres grandes metas de la Fundación Gates: Eliminar las muertes infantiles y maternas; erradicar enfermedades como malaria, tuberculosis y VIH y promover la prosperidad a través de la educación.
Gates se mostró especialmente entusiasmado con la inteligencia artificial (IA), destacando el uso de “tutores de IA” como Khan Amigo y el potencial de la IA para brindar asesoramiento médico en zonas pobres. Para él, la IA “empoderará” a las personas.
También abordó la investigación sobre el Alzheimer, enfermedad que afectó a su padre, y reafirmó que no busca prolongar su propia vida, sino salvar la de otros.
Sobre la resistencia a las vacunas, lamentó las 300.000 muertes por sarampión al año fuera de EE. UU., e impulsó mejoras como vacunas combinadas o en parches, y una sola dosis eficaz contra el VPH.
A sus 70 años, Gates dice estar en el “último capítulo” de su carrera. Aunque disfruta de hobbies como el tenis y la lectura, trabaja a tiempo completo y se considera un administrador de los recursos donados, especialmente por Warren Buffett.
A diferencia de otros filántropos, no quiere que su fundación dure para siempre, y cree que los problemas que enfrenta hoy no existirán dentro de 100 años.
Finalmente, Gates defendió el capitalismo como sistema imperfecto pero efectivo para organizar la sociedad y mejorar la calidad de vida, y afirmó que, si bien no tiene certezas sobre la existencia de Dios, sus valores se alinean con los de personas profundamente religiosas, guiándose por la “regla de oro”: ayudar a otros seres humanos.